Olga Nolla: Cierto y falso (poema)Mi madre daba fiestas espléndidaspara los matrimonios elegantes de Mayagüez, cierto.Mi madre disfrutaba de estos cócteles, falso.Mi madre hubiera querido ser actriz.Cierto, cierto.Recitaba sus poemas de espumas y pétalosfrente a los invitados.Le gustaba el halago y el aplauso.Su público reía bebiéndose el champán y el ronde su despensa.Su público, borracho,hablaba de negocios y de viajes al extranjero.Mejor dicho,los hombres hablaban de negocios;las mujeres, aparte, de trajes y sirvientas.Mi madre tenía buenas amigas;nada tan falso, falso.Mi madre dispersaba sus versos de alegríay adentro le crecía, llorosa, una nostalgia.Mi madre era feliz.Cierto, cierto.No, falso.Mi madre era un vacío que huía de su sombra.Mi madre no sabía que era infeliz, lo dudo,Mi madre me quería.Cierto, cierto, muy cierto;todavía me empuja la tabla del columpio.Mi madre daba fiestas, pero otras fiestas y especialespara los amigos norteamericanos de mi padre.Cierto, cierto.Mi padre desdeñaba la alta burguesía puertorriqueña.¿Falso?¿Cierto?..., no sé, era distinto de ellos,no bebía ron ni wiski, no entendía de negocios.Mi padre sabía cultivar la tierray curar las heridas de los árboles de naranja.Le daba vitaminas y abono a las cosechas.Los retoños de la caña de azúcaraplaudían de gozo cuando él entraba al campo.Mi padre prefería los norteamericanos, cierto, cierto.¡Admiraba las sanas, honestísimas costumbresde los altos rubios miembros de la comunidad científicaque trabajaba la estación experimental agrícola!Mi padrecomo creía lo que decían los periódicos,pensaba que los norteamericanos eran la gente mejor del mundo.Mi madre se aburría de muerteen los grandes banquetes con que obsequiaba a los gringosy bostezaba hacia adentroal escuchar las bromas de los comenzales.Mi madre no comprendía cómoalgunos llevaban hasta diez años en Puerto Ricoy aún no hablaban español.A nadie se le ocurría criticarlos,pero era vergonzoso, socialmente,que un puertorriqueño no hablara inglés.Mi madre se levantó un díay acusó a los norteamericanosde habernos colonizado sicológicamente,falso, falso.Mi madre se tragó su rabiay nunca protestó.Siguió dando las mismas fiestaspara que los burgueses puertorriqueños se emborracharany las mismas fiestaspara que los norteamericanos probaran comida nativa.Mi madre una noche envenenó a los amigos de mi padre.Falso, falso,no se atrevió.Mi padreenvejeció creyendo que para mi madre tambiénlos norteamericanos eran la gente mejor del mundo.Mi madre envejeciófabricando versos con torres de espuma y ríos de pétalos.Por suerte,olvidar bajarme del columpio.
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